MOCIÓN DEL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA AL PLENO DEL MES DE OCTUBRE DE 2022

La urbanización, el crecimiento económico y el transporte motorizado son algunas de las causas que determinan la continua exposición de la población urbana al ruido ambiental. La contaminación acústica es un problema ambiental de las áreas urbanas especialmente, ya que en ellas es mayor el número de personas afectadas. Hoy en día nadie cuestiona la relación entre el ruido ambiental y los efectos negativos en la salud, como los problemas cardiovasculares, trastornos en el sueño y deterioros cognitivos.

Merece la pena resaltar los resultados publicados en el Proyecto EBoDE, que apunta al ruido del tráfico como el segundo factor causante del estrés ambiental, con el agravante de que en Europa la exposición al ruido se ha incrementado en comparación con otros factores estresantes como pueden ser la exposición al humo, dioxinas o benceno. Por su importancia, la Comisión Europea está desarrollando un plan de acción enfocado al control de este problema, en el marco de la Directiva de ruido ambiental. Con este fin, administraciones públicas, empresas de ingeniería y organismos de investigación están trabajando en el desarrollo de nuevas herramientas para reducir los niveles de ruido, así como la población afectada por estos niveles, a la vez que se tienen en cuenta los principios de la economía circular.

El cambio climático es un fenómeno global que se ha recrudecido por efecto de la acción del ser humano desde el arranque de la revolución industrial. Desde finales del siglo XIX, la temperatura media de la Tierra ha aumentado 1’2º C a consecuencia de la actividad humana y ha contribuido a dibujar una tendencia alcista que todavía no ha finalizado. Según las predicciones climáticas de la Organización Meteorológica Mundial, entre 2020 y 2024 se espera que esta temperatura crezca al menos 1º C más que el crecimiento registrado en los niveles preindustriales, e incluso existe un 20% de probabilidades de que ese crecimiento ronde los 1’5º C, un alza desmesurada para un periodo de tiempo tan corto. A consecuencia de este ascenso el planeta ya ha comenzado a sufrir temperaturas extremas, precipitaciones intensas, una subida generalizada del nivel del mar, sequías, etc., fenómenos que empeorarán con el paso del tiempo.

De acuerdo con los análisis de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el 2019 fue el segundo año más caluroso desde que comenzaron los registros modernos en 1880. Desde 1960, cada década ha sido más cálida que la anterior. Si se presta atención a los reportes meteorológicos de los medios informativos, es posible observar que es en las grandes ciudades donde se presentan temperaturas más altas. En la medida en que las temperaturas continúen en aumento por el cambio climático, las áreas urbanas experimentarán olas de calor más intensas, más prolongadas y con mayor frecuencia. Temperaturas más altas pueden afectar la salud de las personas, la calidad del aire y de los cuerpos de agua y generar un aumento en la cantidad de energía que utilizamos para enfriar nuestro entorno.

El calor extremo puede causar efectos respiratorios, agotamiento por el calor e insolación, provocar enfermedades u ocasionar la muerte de personas vulnerables. Según la Organización Mundial de la Salud en 2003 fallecieron en Europa 70.000 personas por las alta temperaturas que se registraron entre junio y agosto; en 2010 otras 56.000 personas fallecieron en Rusia durante una ola de calor que duró 44 días.

Las temperaturas extremas no solo afectan la salud de las personas, sino que pueden representar un peligro para la vida acuática y silvestre. El pavimento y las superficies con altas temperaturas calientan las escorrentías de aguas pluviales, lo que resulta en contaminación térmica que afecta la reproducción y el metabolismo de las especies acuáticas. Además, muchas especies silvestres requieren temperaturas óptimas para procrear, cazar y prosperar en ecosistemas específicos. Las temperaturas elevadas, ocasionadas por las islas de calor urbano, pueden crear un entorno ecológico adverso que restrinja las actividades esenciales de estas especies.

Adicionalmente, las olas de calor cada vez más intensas en las ciudades incrementan la demanda de energía por el uso de aire acondicionado. Esto no solo aumenta el costo de facturas de electricidad, sino que ejerce una presión importante sobre la red eléctrica generando caídas de tensión y apagones frecuentes.

Suministrar energía adicional puede producir un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, el cual se ve agravado por la falta de movimiento de aire limpio facilitando la permanencia de contaminantes en la atmósfera.

Dentro de esta área prioritaria se enmarca el proyecto financiado por la Unión Europea LIFESOUNDLESS “Nueva generación de aglomerados asfálticos con materiales reciclados de altas prestaciones y durabilidad”, que fue seleccionado por la Comisión Europea en la convocatoria 2014 del Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima.

LIFE-SOUNDLESS persigue demostrar la efectividad y durabilidad de las mezclas sonoreductoras tipo SMA para mitigar la contaminación acústica en origen. Además, se centra en la efectividad de estas mezclas en climas mediterráneos (sur de Europa), en los que las condiciones climatológicas son muy diferentes de las de los países del norte, donde tienen mayor experiencia en el empleo y prestaciones de mezclas porosas fonoabsorbentes.

Diversas ciudades españolas y europeas están participando en el proyecto europeo Life Heathland2 conjuntamente con el Centro Tecnológico de la Construcción de la Región de Murcia (CTCON)3 y la constructora CHM Obras e Infraestructuras. Los resultados de esta prueba piloto han evidenciado un descenso de hasta 15ºC de la temperatura del asfalto, una reducción de 2ºC de la temperatura ambiente, una disminución de 3 decibelios de ruido ambiental y un 173% más de reflectancia solar.

Entre los beneficios respecto a los pavimentos habituales se encuentran los siguientes:

  • Se reduce la temperatura del asfalto hasta 15ºC gracias a un pavimento frío, de color claro, que no absorbe tanto calor como los pavimentos convencionales.
  • Por su parte, el pavimento reflectante, de color beige, mejora las condiciones de conducción por la noche, ya que ofrece la misma luminosidad con menos potencia lumínica de las farolas, lo que fomenta un ahorro de consumo energético.
  • Disminuye el ruido acústico de la zona.
  • Los materiales utilizados generan menos emisiones a la atmósfera y contribuyen a reducir los gases de efecto invernadero.

Por todo ello, el Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Alcantarilla presenta para su debate y aprobación los siguientes:

ACUERDOS

Primero. Instar al Equipo de Gobierno a realizar un estudio de zonas y vías urbanas de Alcantarilla en las que iniciar la implantación de pavimentación reductora de la isla de calor y a la vez sonorreductora en la ciudad de Alcantarilla.

Segundo. Una vez realizado este estudio realizar las reposiciones del asfaltado con este tipo de materiales.